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■■ ■ Novedades científicas
Enfermedad de ofrenda a las entidades protectoras de los animales
filiación cultural que, una vez adquiridos en campo mediante su ca-
cería, son degustados por los miembros de las comu-
Padecimiento nidades (Santos-Fita y cols., 2015). La cacería ritual la medicina tradicional mexicana se registran hasta
que afecta a la de venado para los huicholes es un asunto de pres-
sociedad de una cultura tigio para los hombres que la realizan y tiene un sig- enfermedades inflamatorias, respiratorias y gastroin-
específica. Por ejemplo, nificado religioso importante, en tanto que su carne
en diferentes pueblos se utiliza para ofrendar en fiestas comunales (Neu-
de México,“el mal de rath, 2008).
ojo”,“el espanto”,“el
En los diferentes contextos culturales, el consu-
empacho”. mo de animales silvestres, además de contribuir en
la nutrición de las personas –por ser una fuente de
proteínas, grasas y micronutrientes–, también es par-
te de la medicina tradicional. De hecho, existe un
■ Pavo ocelado.
56 ciencia ♦ volumen 75 número 4 ♦ octubre-diciembre de 2024
alto grado de superposición entre el uso alimentario
y medicinal de la fauna silvestre, al grado de que en
algunas ocasiones no se distingue uno de otro. En
163 especies animales para tratar en mayor medida
testinales. En esta práctica cultural, la carne es la
principal parte utilizada y la forma recurrente de dar
los tratamientos es por medio de sopas o guisos, tan-
to para enfermedades de origen fisiológico como en
el caso de aquellas que son de filiación cultural.
La cacería colectiva conocida como “batida”
o “arreada” es una modalidad practicada por hom-
bres organizados en grupos de 15 a 20 integrantes,
los cuales se dividen en arreadores y tiradores. Los
primeros tienen la función de movilizar a las presas
haciendo ruido y con apoyo de perros, hacia la posi-
ción donde se encuentran los tiradores, quienes con
armas de fuego dan muerte a las presas. Esta prác-
tica es utilizada para la captura del venado de cola
blanca, lo que permite la construcción de espacios
para la socialización, esparcimiento, convivencia y
cohesión comunitaria entre campesinos. Asimismo,
en las expresiones de solidaridad practicadas en la
lógica de reciprocidad campesina, el alimento es uno
de los bienes que se comparte con mayor frecuencia
para promover la socialización entre pobladores. Por
ejemplo, en comunidades campesinas de la Sierra
de Huautla en Morelos, el intercambio u obsequio
de productos de fauna silvestre, como la carne, se
concibe como un acto que fortalece los lazos sociales
(Velarde y Cruz, 2015).
¿Paradoja de la conservación?
Aun con marcos legales restrictivos y medidas de
conservación y manejo en cuanto al uso de la fauna
silvestre, el consumo de su carne es una práctica cul-
tural que forma parte de la realidad sociocultural en
diferentes países, incluido México. El consumo de
animales silvestres en comunidades rurales puede ser
estigmatizado, generalmente por razones éticas fun-
dadas en la empatía actual hacia la fauna silvestre, la
cual ha sido impulsada por los modelos actuales de
educación. Por otro lado, y dado que es una realidad,